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Teresita Madera: ”La sumisión no sirve para que Milei devuelva lo que le quitó a las provincias”

La vicegobernadora de La Rioja analiza la relación de los gobernadores con el presidente Javier Milei. La falta de puentes de diálogo. El rol de la oposición y la sociedad.

 

Teresita Madera, vicegobernadora de La Rioja, fue una de las dirigentas que concurrió a la Casa Rosada el pasado 8 de marzo, cuando el gobierno nacional convocó a representantes de todas las provincias. En esa reunión su voz fue una de las que se escuchó en defensa de los intereses de los y las riojanas, pero también del resto del país. “La sumisión no sirve para que el gobierno nacional devuelva algo de lo que le quitó a las provincias”, aseguró Madera, en diálogo con Tiempo Argentino.

Licenciada en Trabajo Social de la Universidad Nacional de La Rioja, hija de una militante de la iglesia Católica, comenzó a trabajar el Ministerio de Desarrollo Social a los veinte años, escribiendo proyectos para financiamientos internacionales. Luego empezó a militar en el justicialismo y fue directora de Área de Violencia y de la Tercera Edad. Llegó a ministra de Desarrollo Social de La Rioja y fue diputada nacional en el último tramo de la presidencia de Cristina Fernández. Ahora, desde la vicegobernación, junto a Ricardo Quintela, critica la violencia que ejerce el gobierno nacional sobre las provincias y enfatiza: “El camino es el respeto”.

-¿Cómo analiza la situación actual?

-Lo veo complejo. No fue esto lo que la gente votó, en cierta manera ha sido defraudada porque Javier Milei llegó diciendo que iba hacer ajuste en la política y que le iba a devolver a la Argentina el crecimiento. Creo que la gente votó con esa esperanza de poder estar mejor. No hay respeto a la democracia, ni a las autonomías provinciales, ni a la legitimidad popular, porque las autoridades provinciales también fueron elegidas por el voto popular, en algunos casos inclusive con mayor porcentaje de lo que fue elegido Milei. Esto ha puesto al Estado nacional en una situación de mucha contradicción. En el caso de La Rioja, hasta en la época de Macri había canales de diálogo, había puentes, interlocutores. Ahora nuestro gobierno se ha quedado perplejo de ver que no existen estas herramientas de diálogo para gobernar en este país que es cien por ciento federal. Cuando no está la herramienta de la política te pone en una situación compleja.

-¿Se pudo manifestar esto en la Casa Rosada?

-Tuve la oportunidad de planteárselo tanto a Nicolás Pose como al Ministro del Interior Guillermo Francos, que nos han quitado absolutamente todo. Después convocan a un diálogo, pero con un ejercicio de poder muy violento porque te sientan una vez que te han despojado de todo. Nos sacaron el incentivo docente, el subsidio del transporte. Nos han sacado todo el acompañamiento de la obra pública, tanto en rutas como en la construcción de viviendas. Sacaron los recursos para nuestras niñas y nuestros niños con los aportes que se hacían para los comedores. A La Rioja de manera particular también le retienen los fondos que son extra coparticipables, pero que forman parte del presupuesto, de la ley madre que es reconocida por todos los gobiernos que nos han sucedido. Que de pronto nos dejen sin esas herramientas te deja en una situación de absoluta desigualdad. Después te quieren sentar en una mesa para poder ofrecerte una parte o devolverte algo con el impuesto a las ganancias que, en definitiva, es una manera es meterle la mano en los bolsillos a los trabajadores para devolverles algo a las provincias.

-¿Cómo ve a los demás gobernadores con respecto a esto?

-Si una provincia toma la decisión de una postura de mayor sumisión, nosotros no la juzgamos. Sí creo que es un camino equivocado porque sabemos que esa sumisión tampoco va a servir para que Nación devuelva algo. En esa reunión que tuvimos con Posse y Francos representantes de todas las provincias se dijo que el presidente insultaba a todos por igual, a pesar de que algunos hacían bien los deberes. Ahí te das cuenta de que cuando sale el presidente y ataca a todos los gobernadores lo hace sin ningún tipo de distinción. Cuando ataca a los senadores y diputados, lo hace sin ningún tipo de distinción y eso dinamita cualquier posibilidad de diálogo. Nosotros creemos que el camino es el respeto mutuo. Queremos respetar a la Nación, queremos entablar diálogo. Por eso también asistimos a la reunión, pero aspiramos a un diálogo que sea con respeto porque además todos estamos representando los intereses de la gente que nos votó. Tienen que poder escuchar cuando se plantea que el modelo que se está llevando a cabo va a generar mayor pobreza, más argentinos y argentinas excluidos. ¿A qué costo quieren aplicar un plan económico? No termina siendo compatible con la vida de la gente. Lo que va a pasar cuando llegue la boleta de la luz con el incremento va a ser una cuestión tremenda, no solamente que va a perjudicar a los domicilios. ¿Cuánta gente se va a quedar sin trabajo? ¿Cómo va a impactar en los productores, la industria, los comerciantes? Eso se suma a una situación en donde no hay consumo. Hay una inflación tremenda. El sábado me tocó recorrer y los comerciantes me contaban que no venden nada y que los servicios son cada vez más caros y deciden reducir personal, entonces vamos a tener una situación muy compleja en la Argentina.

–¿Cuál es su posición respecto a volver a poner el impuesto a las Ganancias para los trabajadores y trabajadoras?

-No lo vemos viable como provincia tener que meterle la mano en el bolsillo a los trabajadores para coparticipar algo. No nos parece justo y menos bajar tanto la base imponible. ¡Están hablando de sueldos de un millón doscientos mil pesos! A nosotros nos parece una locura. Hemos pedido que nos permitan aportar con nuestros equipos técnicos porque hay muchas otras formas de poder recaudar, especialmente entre los que más tienen, los que más están ganando porque convengamos que con toda esta situación los que perdieron han sido la clase media, la trabajadora y la clase humilde. Pero hay una porción muy pequeña, de un cinco por ciento de la sociedad argentina, a que le ha ido muy bien con esta devaluación y con esta recesión, esto también hay que decirlo. Si se pone un impuesto para que aporten los que más tienen podes recaudar y podes distribuir de igual manera.

-¿También tienen diferencias sobre el rol del Estado?

-Es que no hay manera de que el Estado no intervenga para regular y distribuir. Cuando el presidente dice que no se va a meter en los precios porque cree en la libertad de mercado, es que en definitiva no le importa que suba el kilo de pan o la luz, realmente creen en eso. Entonces, ¿quiénes son los que van a poder terminar cubriendo todas sus necesidades básicas con este gobierno? Solamente el 2% de los argentinos y argentinas que tendrán un poder adquisitivos importante, después quedará una clase media reducida a un 10% y el resto van a ser pobres.

-¿Cree que se puede dar vuelta toda esta situación?

-Depende mucho de la unidad que puedan tener las provincias más allá de la ideología y los partidos políticos que cada uno represente. Creo que hay un llamado fuerte a cada una de las que tenemos mandato de la gente, sin importar el signo político, en defensa a la patria y del Estado, con todas las mejoras que tengamos que hacer, pero el Estado es el garante de que nuestra gente pueda estar mejor. Espero que las provincias con mucha firmeza se puedan unir por región o por como cada uno lo considere. La Patagonia en esto ha dado un puntapié inicial con la organización que han tenido los gobernadores, también el Norte Grande es una región que han tenido una organización. No es para obstaculizar un gobierno. Es para sentar con firmeza que hay cosas que no las podemos negociar, como son las autonomías de las provincias, el federalismo y una mirada integral de la Argentina. Creo que la posibilidad de cambio va a pasar mucho por la firmeza que pueda tener los gobernantes, pero también la gente porque las responsabilidades son compartidas. La responsabilidad la tiene el conjunto de los argentinos y las argentinas. Está la posibilidad de manifestar que el gobierno no está cumpliendo con lo que prometió a la clase media. Prometió que iban a poder tener una mejor calidad de vida y está pasando lo opuesto.

Fuente: Tiempo Argentino 

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