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Sorpresiva reaparición del papa Francisco en la Plaza de San Pedro: «Buen domingo y gracias a todos»

El sumo pontífice se hizo presente ante los fieles con unas breves pero emotivas palabras al final de la Misa del Jubileo de los Enfermos. Es el primer contacto directo tras su extensa internación.

A dos semanas de recibir el alta, el papa Francisco volvió a mostrarse en público y, sorpresivamente, estuvo presente en la Plaza San Pedro para saludar a los fieles, donde pronunció unas palabras de agradecimiento al final de la misa.

En el marco de la Misa del Jubileo de los Enfermos, el sumo pontífice hizo una emotiva reaparición: se lo vio en silla de ruedas y con oxígeno suministrado por cánulas nasales. “Buen domingo y gracias a todos”, pronunció.

Luego de dos semanas de aislamiento en su residencia y 38 días de internación por una neumonía bilateral que, según fuentes eclesiásticas, “llegó a amenazar su vida”, Francisco no pudo dar un mensaje completo, pero pasó brevemente entre los fieles en un clima de aplausos, emoción y gritos de “¡viva el Papa!”.

Más tarde, el Vaticano informó que antes de su aparición, el Santo Padre se confesó, oró y hasta cruzó la Puerta Santa en la basílica de San Pedro.

La última vez que fue visto en público fue el pasado 23 de marzo pasado, cuando apareció en un balcón del hospital Gemelli unos minutos antes de regresar al Vaticano para un alta protegida.

El mensaje del Papa Francisco en la Misa del Jubileo de los Enfermos

Durante la misa, que presidida por el arzobispo Rino Fisichella, se leyó un mensaje escrito por el Papa Francisco en el que habló de su enfermedad: “Comparto mucho con ustedes: la experiencia de la enfermedad, de sentirnos débiles, de depender de los demás”.

El pontífice citó también a Benedicto XVI y cuestionó la cultura que excluye a los enfermos: “Una sociedad que no acepta a quienes sufren es cruel e inhumana”. “Ciertamente, la enfermedad es una de las pruebas más difíciles y duras de la vida, en la que percibimos nuestra fragilidad. Esta puede llegar a hacernos sentir como el pueblo en el exilio, o como la mujer del Evangelio, privados de esperanza en el futuro. Pero no es así. Incluso en estos momentos, Dios no nos deja solos y, si nos abandonamos en Él, precisamente allí donde nuestras fuerzas decaen, podemos experimentar el consuelo de su presencia”, escribió.

“En el día del Jubileo de los enfermos y del mundo de la sanidad, le pido al Señor que este toque de su amor llegue a los que sufren y anime a los que cuidan de ellos”, pidió y agregó: “Y rezo por los médicos, enfermeros y trabajadores sanitarios, que no siempre tienen las condiciones adecuadas para trabajar y, a veces, incluso son víctimas de agresiones. Su misión no es fácil y debe ser apoyada y respetada”.

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