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Sergio Massa podría encabezar la boleta en la Primera Sección en Buenos Aires

En plena reconfiguración del peronismo tras la dura derrota de 2023, el Frente Renovador comenzó a mover sus fichas en el tablero electoral de la provincia de Buenos Aires. La apuesta no es menor: impulsar a Sergio Massa como candidato a senador provincial por la Primera Sección Electoral en las elecciones del 7 de septiembre. La movida, que hasta hace días circulaba como versión, quedó confirmada en boca de varios dirigentes del espacio que lidera el ex ministro de Economía.

La estrategia, que replica la jugada de Cristina Kirchner —quien podría encabezar la lista en la Tercera Sección—, apunta a ubicar figuras de peso en los principales distritos del conurbano, donde Unión por la Patria busca recuperar terreno frente al avance de La Libertad Avanza y el desgaste interno.

La Primera Sección: territorio clave y bastión del massismo
La Primera Sección Electoral está compuesta por 24 municipios, incluyendo distritos de fuerte peso electoral como Tigre, San Fernando, Merlo, San Martín y Morón. Con un padrón de más de 4,8 millones de electores y ocho bancas en juego en el Senado bonaerense, representa una de las llaves para definir el futuro político de la provincia.

Hasta hace pocas semanas, en el entorno de Massa señalaban como su delfín al intendente de San Fernando, Juan Andreotti. Sin embargo, el escenario cambió: “Le surgió un operativo clamor”, confiaron desde su círculo cercano. La presión provino de al menos siete intendentes —dos del Frente Renovador y cinco del PJ— que, en una reunión el último fin de semana, le plantearon que debía “ponerse al frente” de la boleta.

El diputado provincial Nicolás Russo fue más allá: “Posiblemente habrá candidaturas muy fuertes en todas las secciones, sobre todo en la Primera y la Tercera. La provincia de Buenos Aires es muy importante para nosotros. Hay que poner la carne al asador”, aseguró en declaraciones a Política del Sur.

Massa, entre la unidad del peronismo y su regreso estratégico
Si bien Massa aún no confirmó públicamente su candidatura, su reciente reaparición en un encuentro del Frente Renovador dejó entrever que su protagonismo no está descartado. En ese evento, llamó a terminar con las peleas internas y preguntó: “¿Hay o no hay vocación política de construir un proyecto colectivo?”.

La jugada massista aparece, además, en un contexto de pulseada interna dentro de Unión por la Patria. La aprobación en el Senado bonaerense del proyecto impulsado por Axel Kicillof para suspender las PASO reordenó los tiempos políticos y habilitó nuevas maniobras. Desde el Frente Renovador, la interpretación fue clara: al desdoblarse la elección, se necesitan figuras potentes para traccionar votos. Y ahí entra en escena Massa.

Mientras tanto, el ex candidato presidencial evita tomar partido explícito en la disputa entre el gobernador y el kirchnerismo duro, pero mantiene contacto frecuente con ambos sectores. En la Legislatura, sus votos suelen alinearse con La Cámpora, consolidando una alianza silenciosa con CFK.

El desdoblamiento y su impacto
Una de las claves del escenario actual es la anticipación del calendario electoral bonaerense. Kicillof decidió desdoblar los comicios respecto del cronograma nacional, con la intención de provincializar la campaña y resaltar su gestión. Pero la irrupción de Cristina y ahora el eventual regreso de Massa complican ese objetivo.

“No hay lugar para tibiezas”, sentenció Russo, quien además arremetió contra el gobierno nacional: “Estoy preocupado por lo que viene en el país. Enfriamiento de la actividad, caída del consumo, más despidos, cierres de fábricas y comercios”. Y agregó: “Tenemos que generar una opción válida. Sergio Massa está a disposición del espacio para lo que más convenga”.

Entre la interna del PJ y la ofensiva libertaria
La jugada del Frente Renovador también se lee como una respuesta a la avanzada de Javier Milei, quien, blindado por buena parte de los medios nacionales, continúa capitalizando el descontento económico. En ese contexto, el regreso de Massa a la escena provincial puede interpretarse como un intento de contener la fuga de votos y rearticular un polo opositor competitivo.

Mientras el kirchnerismo empuja el regreso de Cristina a las listas y Kicillof apunta a construir una plataforma propia con vistas a 2027, el massismo se mueve con pragmatismo: poner a su líder donde más traccione. La definición, como tantas otras veces, la dará la calle y las encuestas.

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