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Milei bajó los aranceles para importar productos textiles y los empresarios dijeron que los precios bajarán, pero sólo 0,1%

La rebaja arancelaria, dijo ProTejer, tendría un impacto insignificante en el nivel de precios de la ropa.

El Gobierno Nacional redujo los aranceles de importación de productos textiles y calzado mediante la modificación del Listado Nacional de Excepciones al Arancel Externo Común del Mercosur.

«Mediante esta modificación se efectúa la baja del arancel del hilado texturizado de poliéster -que se encontraba en 18%- al 6% y que tiene producción nacional. Por ende, la medida pone en riesgo la continuidad de 10 fábricas nacionales que generan alrededor de 1.000 puestos de trabajo formal y calificado», dijeron desde ProTejer. Fábricas que, además, se han modernizado en los últimos años, invirtiendo en nuevas tecnologías, digitalización, automatización de procesos y ampliación de la capacidad instalada, posicionando al segmento en la frontera tecnológica mundial.

«Preservar la producción de hilados sintéticos en el país es estratégico, dado que es el segmento textil de mayor posibilidad de incorporación de innovación y tecnología, sobre todo a través de nuevos materiales que permiten funcionalidades y aplicaciones específicas. Un ejemplo sería la incorporación de nanotecnología en textiles inteligentes o bien propiedades especificas en textiles técnicos. Los países desarrollados con fuerte tradición textil como la nuestra están virando sus modelos de negocio hacia estos nuevos desarrollos», dijeron desde la cámara sectorial.

Por otro lado, «el decreto reduce aranceles delkit desmotado de calzado y de partes de calzado -como capelladas- que también cuentan con producción nacional y cadenas de valor que generan empleo en todo el país y que han realizado grandes inversiones recientemente».

Calzados deportivos y otros calzados desmontados, que ya contaban con un arancel por excepción del 15%, pasan a un arancel del 10% y las capelladas, cuyo arancel se encontraba en 28%, bajan al 10%.

«Creemos que esta medida no hace más que empeorar la compleja coyuntura que atraviesa el sector textil, indumentaria, cuero y calzado, que ya perdió 8.300 puestos de trabajo formal según los datos oficiales a julio 2024 y en relación con el mismo mes del año anterior, lo que representa el 27% de la pérdida de empleo industrial», dijeron en un comunicado muy duro.

«Esta decisión significará un enorme daño al entramado productivo local y potencial destrucción de capacidades construidas durante años. Se debe destacar como agravante que la justificación de la medida parte de un incorrecto diagnóstico. Como vienen advirtiendo muchos industriales, el problema del ‘costo argentino’ no se relaciona con la eficiencia puerta adentro de la fábrica, sino que se vincula con la competitividad sistémica asociada a los problemas estructurales que arrastra la economía argentina hace ya varias décadas», dijeron desde ProTejer y enumeraron esos «problemas»: la alta presión tributaria, la falta de financiamiento, problemas logísticos y de transporte, falta de infraestructura, entre otros.

«Debemos advertir que, de forma preliminar a tomar una medida de rebaja arancelaria, deberían transformarse las condiciones estructurales bajo las cuales se desenvuelve la producción en Argentina y que son las que explican los problemas de competitividad local», dijeron. Dicho en otras palabras, insistieron, «deberían primero llevarse adelante las reformas de primera y segunda generación que mejoren la competitividad sistémica».

Rebaja «insignificante» de precios

La rebaja arancelaria, dijo ProTejer, tendría un impacto insignificante en el nivel de precios de la ropa, representando 0,1% del precio en mostrador. Asimismo, implica una menor recaudación fiscal.

«En este sentido, considerando que los impuestos nacionales, provinciales y municipales explican 50% del valor de la prenda, resulta más efectivo una medida de alivio fiscal a la producción o a la comercialización para incidir en el nivel de precios local de la ropa, a su vez que permitiría preservar el entramado y el empleo en el país», dijeron y añadieron, a modo de conclusión: «Estamos convencidos de que contar con producción nacional de hilados sintéticos y de capelladas y calzado es un activo estratégico que no debemos poner en peligro. Priorizar el empleo federal, las inversiones de frontera tecnológica y el desarrollo de la industria nacional en segmentos estratégicos para la soberanía nacional, la innovación y el futuro de la cadena de valor resulta primordial sobre todo en un contexto adverso de altos niveles de pobreza y crecimiento del desempleo en el país».

Los precios de la ropa en la Argentina son más altos, en promedio, que en la región

«Los precios de la ropa en la Argentina son más altos, en promedio, que en la región», dice un informe de Fundar que se publicó hace pocos días. Esto tiene dos impactos sociales concretos: i) los gastos en ropa pesan el doble en los presupuestos familiares que en la región; y, ii) las cantidades de prendas adquiridas son 22% menores al promedio regional, a pesar de que la Argentina es un país relativamente más rico. «También favorece el turismo de compras en el extranjero, que tiene impactos negativos en las divisas, en la recaudación fiscal y en la actividad comercial», dijeron.

¿Qué significa que la ropa es cara en la Argentina?

En el país la ropa es cara tanto en términos absolutos —es decir, en dólares— como en términos relativos —en relación con el resto de los bienes y servicios de la economía—. En términos absolutos una canasta de prendas en la Argentina es 35% más cara al dólar oficial respecto del promedio de la misma canasta en otros países de la región —y 16% al dólar MEP—. Al mismo tiempo, en el país los precios de la indumentaria y el calzado en comparación con el resto de los bienes y servicios de la economía son de los más altos del mundo.

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