La cosecha de uva en La Rioja muestra una caída del 12 por ciento

Sin embargo, este crecimiento no se refleja en La Rioja. Con una cosecha prácticamente concluida, la provincia ha reportado una recolección de apenas 51.044.112 kilogramos de uva, lo que equivale a una merma alarmante de más del 12%. Este descenso es particularmente preocupante dado que las proyecciones iniciales del INV anticipaban un incremento del 9% en la producción riojana.
La situación contrasta fuertemente con el desempeño de Mendoza, que continúa siendo el principal motor de la vitivinicultura argentina. Hasta finales de marzo, Mendoza había ingresado 11.958.700 quintales, registrando un notable aumento del 15% respecto a los 10.391.477 quintales cosechados en el mismo período de 2024. Este crecimiento ha sido fundamental para impulsar las cifras nacionales.
En San Juan, aunque la producción es considerable con 3.545.879 quintales recolectados, se ha observado una caída del 10,2% interanual debido a problemas fitosanitarios derivados de un brote de peronóspera y condiciones climáticas adversas.
La Rioja, tradicionalmente reconocida por sus vinos y su producción vitivinícola, enfrenta ahora un panorama sombrío. La falta de lluvias adecuadas y otros factores climáticos han afectado gravemente la calidad y cantidad de la uva cosechada. Al desglosar los números, se observa que la producción se ha concentrado en ciertas áreas como Chilecito, donde se han recolectado aproximadamente 48 millones de kilogramos, mientras que otras localidades como Tinogasta apenas alcanzan los 3 millones.
La merma en La Rioja no solo impacta a los productores locales, sino también a la economía regional en su conjunto. La industria vitivinícola es un pilar fundamental para muchas familias y negocios en esta provincia, donde la tradición vitivinícola es parte integral de la identidad cultural. A medida que se cierran las cifras para esta temporada de cosecha, es crucial que se implementen estrategias para abordar los problemas que han llevado a esta caída en la producción y garantizar un futuro más sostenible para los viticultores riojanos. La comunidad espera que las autoridades y los organismos competentes tomen medidas efectivas que aseguren no solo la recuperación del sector vitivinícola local, sino también el fortalecimiento del legado vinícola que La Rioja ha cultivado a lo largo de los años.