Jubileo 2025: Sembrar esperanza a través de la acción
La Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, en el Vaticano se abrirá este 24 de diciembre, como símbolo del inicio del Jubileo 2025 Peregrinos de la Esperanza convocado por el Papa Francisco. Este acontecimiento que la Iglesia celebra cada 25 años, tiene como objetivo central volver la mirada a la persona de Jesús que es el Dios que se hizo hombre para compartir la vida con nosotros.
El logo elegido para este acontecimiento traduce todo su sentido, en el centro cuatro figuras estilizadas: la humanidad proveniente de los cuatro rincones de la Tierra abrazadas entre ellas, la solidaridad y fraternidad que une a los pueblos. La primera figura está aferrada a la cruz, una fe que abraza y la esperanza que no puede ser abandonada. Las olas en movimiento indican el dinamismo de toda peregrinación.
La parte inferior de la cruz se alarga transformándose en un ancla – metáfora de la esperanza-. La cruz no es estática, se curva hacia la humanidad, sale a su encuentro como presencia y seguridad de la esperanza.
El peregrino es aquel que “sale de sí mismo, se abre a un nuevo horizonte y, cuando vuelve a casa ya no es el mismo, por lo tanto, su casa ya no será la misma”.
Dice el Papa Francisco “La esperanza, esa virtud que “no defrauda” (Romanos 5,5) y nace del amor; en el corazón de toda persona anida la esperanza como deseo y expectativa del bien, aun ignorando lo que traerá consigo el mañana”.
La esperanza tiene audacia y mira más allá de la comodidad personal, de las pequeñas seguridades y de compensaciones que estrechan el horizonte, para abrirse a grandes ideales que hacen la vida más bella y digna.
Al presentar un Jubileo para un mundo cada vez más complejo, el Papa Francisco analiza las grandes cuestiones de nuestro tiempo a través de una serie de “rostros” que ofrecen un rayo de esperanza.
1-El rostro de una mujer embarazada, introduce las cuestiones de la familia, la natalidad y la Iglesia.
Francisco, evoca esta imagen como la síntesis de la esperanza. Sabemos que “el embarazo es una época difícil, pero también es un tiempo maravilloso” (AMORIS LAETITIA, 168). Se trata del cuidado y la defensa de toda vida, ante el avance de la cultura del descarte.
La familia, como semilla de paz y esperanza, junto al absoluto rechazo por cualquier forma de discriminación y violencia hacia la mujer, haciendo un llamado a la protección integral de las mujeres.
Desde el principio Jesús acogió a las mujeres como discípulas, como algo novedoso en la sociedad de aquel tiempo. Es la convicción de su pontificado, la invitación a desmasculinizar la Iglesia.
2. El rostro de un pobre, abre el debate sobre la situación social, política y económica a nivel mundial.
Una vez más el Papa Francisco implora “de manera apremiante esperanza para los millares de pobres, que carecen de lo necesario para vivir”, siendo la mayoría víctimas de políticas financieras y económicas. Los rostros sufrientes de los trabajadores, también son la esperanza; los gobiernos están llamados a “movilizar a la política para que cambie la economía”.
Como peregrinos de la esperanza, es hora de actuar. Ser peregrinos de la esperanza en las cárceles abarrotadas de pobres, mientras se delinque con guante blanco. “La pena de muerte es una ofensa a la inviolabilidad de la vida, cada vida es sagrada”. La Bula de convocación al Jubileo llama a la suspensión primero y luego abolición de la pena de muerte.
3. El rostro de un migrante, ofrece la oportunidad de reflexionar sobre las migraciones y la geopolítica.
“Cada migrante lleva en el corazón la esperanza de un futuro mejor, para ellos, sus familias y personas queridas”, sin embargo, la foto actual de los migrantes, es una postal llena de violencia y dificultades. Como cristianos nos sentimos interpelados por cada refugiado y migrante, y frente a los rostros de las migraciones actuales. Llama el líder de nuestra Iglesia a un compromiso político y global “por un derecho universal a no migrar; cada hombre y mujer debe tener garantizada la posibilidad de vivir con dignidad en su patria”.
Cuatro verbos nos sirven de guía: acoger, proteger, promover, integrar, especialmente a los niños quienes más sufren en este escenario.
4. El rostro de un civil durante la guerra, nos habla de la esperanza de la paz.
La humanización de los efectos de los conflictos armados, la protección de la población civil, el respeto del personal sanitario y religioso. El santo Padre condena la captación de menores para los ejércitos, agradece a los voluntarios y expresa palabras de consuelo a todos los padres y madres cuyos hijos han muerto en la guerra. La esperanza está puesta en la fecundidad del diálogo constructivo, del desarme integral a la paz integral.
5. El rostro de esperanza de un abuelo con su nieto, personifica las oportunidades y los retos compartidos que debemos afrontar.
“Cuando un joven escucha a un adulto se transmite mucho más que una anécdota o una historia. Se pasa la posta de la esperanza.». Este rostro toma Francisco para invitar a construir una nueva alianza en el cuidado de la casa común.
Llama a los jóvenes a salir, hacerse valer, luchar por los valores, con la esperanza puesta en un destino de esperanza, para contrarrestar la cultura del descarte.
6. La esperanza siempre tiene rostro humano, acciones concretas para construir a través de la esperanza, un mundo mejor, al tiempo que se afrontan los grandes retos del futuro.
El año jubilar llega en medio de guerras, pobreza y migraciones masivas, entre otros numerosos retos que la familia humana debe afrontar en el futuro cercano. No hay tiempo que perder, evocando al reverendo Martin Luther King quien ya afirmó hace sesenta años: “Los seres humanos hemos aprendido a volar como los pájaros, nadar como los peces, pero no a vivir como hermanos.”
Este será el primer Jubileo marcado por el avance de la Inteligencia Artificial: “Ante la irrupción de las nuevas tecnologías nuestra sabiduría que ha desarrollado estas tecnologías, debe crear límites para su evolución”
Existe una realidad común a todos los rostros atravesados por el sufrimiento y la desesperanza, y es el suicidio. “Crear esperanza a través de la acción”, fue el lema elegido por la OMS para el trienio 2021-2023 para direccionar las acciones de prevención del suicidio.
Si creamos esperanza a través de la acción, podemos hacer sentir a las personas que atraviesan una crisis, que nos preocupamos por ellos y queremos ayudarlos. Nuestras acciones sin importar su dimensión pueden brindar esperanza a aquellos que sufren esta realidad.
¿Qué podemos hacer?
-Reconocer los signos de alerta: aislamiento, persistencia de ideas negativas, desesperanza.
-Mostrar interés y apoyo, con la escucha atenta y la validación de las emociones.
-Motivar a las personas a hablar sobre cómo se sienten, aprender a manejar situaciones de estrés y dificultad, potenciar la autoestima.
-Estar atentos es la forma de acompañar, tener en cuenta que el diálogo no debe ser un interrogatorio, sino compartir un momento.
-Orientar a las personas a pedir ayuda a amigos, familia, escuela, Iglesia (la fe es un factor protector), club, Centros de salud.
-Agendar y compartir: 0800-999-0091 (Línea nacional).
-Asistir a la Guardia central del Hospital Vera Barros (Equipo de Salud Mental: cuenta con guardia de psicólogos, psiquiatras y trabajadores sociales las 24 horas).
La palabra Jubileo quiere decir alegría, recordemos entonces que Jesús vino a traernos vida y “vida en abundancia” (Juan 10,10).