Israel volvió a intensificar los combates frente a frente contra Hamás en la Franja de Gaza
Según el Ministerio de Salud de Gaza, controlado por el grupo terrorista palestino, 42.065 personas murieron en el enclave desde el inicio de la guerra que comenzó el 7 de octubre de 2023.
Estas operaciones forman parte de los esfuerzos de Israel para erradicar al grupo aliado de Irán y de Hezbollah del enclave, objetivo declarado del gobierno y las autoridades militares. Sin embargo, la ofensiva israelí recibió un creciente escrutinio internacional por su impacto en la población civil, especialmente en el norte de la Franja, donde aproximadamente 400.000 personas están atrapadas, de acuerdo con Philippe Lazzarini, jefe de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos.
El portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Matthew Miller, expresó estar “increíblemente preocupado” por la situación humanitaria en la zona, recordando a Israel su obligación bajo el derecho internacional de permitir el ingreso de alimentos, agua y asistencia humanitaria a todas las partes del enclave. “Hemos dejado claro al gobierno de Israel que tienen la obligación bajo el derecho humanitario internacional de permitir que alimentos, agua y otra asistencia humanitaria necesaria llegue a todas las partes de Gaza”, declaró.
La escalada de violencia viene teniendo consecuencias devastadoras para la población civil. Según el Ministerio de Salud de Gaza, controlado por Hamás, 42.065 personas murieron en Gaza desde el inicio de la guerra, la mayoría civiles. La ONU consideró a esas cifras como fiables.
Paralelamente, investigadores de la ONU acusaron a Israel de atacar deliberadamente instalaciones de salud y personal médico en Gaza. La Comisión de Investigación Independiente del organismo internacional afirmó en un comunicado que Israel está “cometiendo crímenes de guerra y el crimen contra la humanidad de exterminio con ataques implacables y deliberados contra personal e instalaciones médicas”.
Los rescatistas en Gaza, en tanto, informaron que Israel había realizado un ataque aéreo mortal contra una escuela que albergaba a familias desplazadas por la guerra, aunque las FDI respondieron que se trataba de un centro de mando de Hamás. El ataque a la Escuela Rafida, según la Media Luna Roja Palestina, mató a 28 personas e hirió a 54 más. Israel acusa al grupo terrorista de esconderse en edificios escolares y otras infraestructuras civiles.
Los cuarenta minutos de comunicación entre Joe Biden y Benjamin Netanyahu del miércoles exhibieron las diferencias que tienen ambos líder para resolver la crisis de Medio Oriente. Mientras el presidente de Estados Unidos propuso acuerdos diplomáticos con Hamás en Gaza y Hezbollah en El Líbano, el primer ministro de Israel ratificó su decisión política de atacar a Irán y destruir a todas sus organizaciones terroristas.
Biden apoya el derecho de Israel a proteger su existencia frente al ataque combinado de Irán, Hezbollah, Hamás, los hutíes y la Jihad Islámica, pero su propuesta de cese del fuego en Gaza y Líbano por razones humanitarias no es la prioridad en el plan de guerra que actualmente ejecuta Netanyahu.
El premier israelí promueve una campaña bélica que incluye bombardeos en ciudad de Gaza y Beirut, una fuerte ofensiva terrestre en el sur del Líbano y la destrucción de blancos selectivos en Siria y Yemen, en tanto define un profundo ataque al régimen iraní. La administración demócrata, en cambio, sostiene que Israel debe ser cauto para evitar un incendio geopolítico en todo Medio Oriente. Esta diferencia clave entre Netanyahu y Biden no se saldó durante la llamada que enlazó DC con Jerusalén.
Israel considera que tiene una ventana histórica para exterminar a Hamás en Gaza y a Hezbollah en el Líbano, y mueve su aparato militar en ese sentido. Los consejeros de seguridad nacional de Biden replican que esos movimientos bélicos deben ser informados a Estados Unidos para proteger sus propias instalaciones en la región y colaborar con Jerusalén a través de su aparato de inteligencia y de defensa antiaérea.