Se cosió la boca y se clavó un fierro en la zona del hombro
Analía Tello, directora del Servicio Penitenciario Provincial, se refirió al caso del interno de apellido Moreno, quien protagonizó una protesta extrema cosiéndose la boca y clavándose un hierro en la clavícula. Moreno, acusado de homicidio agravado por alevosía, utilizó estas medidas como forma de presión hacia la justicia, exigiendo una fecha para su juicio.
“El interno declaró que realizó este acto a pedido de su abogado, lo que representa una falta disciplinaria. La intención era presionar para que la justicia resolviera sobre su causa”, explicó Tello.
La directora confirmó que el interno fue trasladado tres veces al hospital, aunque en las dos primeras ocasiones, se negó a que le extrajeran el hierro. “En la tercera visita, el profesional médico decidió no atenderlo, considerando que ya se le había dado la posibilidad de intervención y que no podían seguir perdiendo tiempo. Actualmente, el hierro permanece en la parte blanda de su clavícula, pero no representa un riesgo de muerte”, señaló. Respecto al acceso a elementos como el hierro utilizado, Tello explicó que los internos suelen obtenerlos de la estructura misma del edificio penitenciario.
“Estos hierros provienen de las mamposterías. Hay muchas zonas con huecos y perforaciones en las columnas, y durante las recreaciones realizan un trabajo minucioso para extraerlos. Es un problema constante”, afirmó. El hacinamiento en el penal agrava estas situaciones. Según detalló Tello, el Servicio Penitenciario Provincial alberga a 476 internos, a pesar de tener una capacidad máxima para 285. Este desborde complica la vigilancia y el mantenimiento de la infraestructura.
