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“Hay que construir redes solidarias y comprometidas”

Su homilía del miércoles se enmarcó en este flagelo, que aqueja al mundo entero.

El obispo de La Rioja, Dante Braida se pronunció en contra de las drogas y apostó a redes solidarias que incluyan personas y también las instituciones. “Nos unimos a distintos eventos para concientizar a la sociedad de este gran drama que nos aqueja y destruye. Cada uno de esos eventos hoy es un signo de esperanza”, dijo Monseñor en la misa que se enmarcó por el Día Internacional de la Lucha contra el uso indebido y tráfico ílicito de drogas.

“Hoy cuando vemos personas que han perdido el sentido de la vida, que no responden con conciencia por sus actos, que sufren accidentes, que roban y matan por estar sumidos en consumo de sustancias adictivas vemos allí frutos malos que surgen de recorrer un camino que, aunque parecía agradable, era una verdadera trampa que acaba con sus vidas”, acotó.

“Cuando vemos cómo el narcotráfico avanza en muchos países comprobándose su “capacidad de infiltrar y corromper los poderes del Estado, las policías, las fuerzas armadas, los medios de comunicación, las empresas, en definitiva, todas las instituciones de la democracia. Cuando a su paso han tomado territorios enteros para su propia producción, ha organizado ejércitos propios y sistemas violentos para el control de los territorios, así, la vida de un pueblo está amenazada o sometida a poderes que se organizan para delinquir y destruir.”, informó.

“Ante estas realidades no podemos permanecer indiferentes. La indiferencia sería otro fruto malo que hace daño y permite que esas redes criminales crezcan y se destruyan sociedades enteras particularmente las nuevas generaciones. Apostar a un nuevo camino que dé buenos frutos. Hoy necesitamos apostar a un nuevo camino, al de la escucha, la comprensión y el compromiso concreto ante quién está atrapado en el mundo de las drogas. Ante una sociedad amenazada por el mundo narco”, aseveró.

“Hoy, nos duele ver a tantos jóvenes que han deteriorado sus vidas con el consumo de sustancias, a familias que se han arruinado por completo por esta misma causa. Pero queremos estar de pié, queremos seguir caminando aunque lo que hacemos parezca poco”, añadió.

“Por eso hoy valoramos todo lo que se está haciendo para enfrentar esta verdadera pandemia que azota la humanidad entera y nuestra región también. Valoramos: Que haya personas que se animen a un cambio y se dejan ayudar para superar una adicción, es un fruto bueno; cuando hay una familia que se compromete para ayudar a un familiar a salir del consumo, eso es un fruto bueno: Cuando hay grupos que se forman para asistir una persona en consumo, es otro fruto bueno; Cuando esos grupos se reúnen para formar una red más amplia de colaboración mutua para enfrentar esta realidad, eso, un fruto muy bueno. Porque el bien y la caridad organizada es mucho más eficaz”, destacó.

También elogió a las instituciones que “se comprometen a fondo para frenar el ingreso de drogas y el narcotráfico, es un buen fruto. Cuando las Iglesias, forman comunidades cercanas, comprometidas en acompañar procesos de cambios y transformación de vidas es un fruto bueno e indispensable”, ahondó.

En ese marco apostó a hcer redes solidarias de corazones e instituciones. “No nos arrodillamos ante el mal. Nos arrodillamos solo ante Dios, para recibir su Palabra dadora de vida y, desde allí, animarnos a una alianza con Él y entre nosotros que es conducida por el mismo Señor. Como lo expresaba la primera lectura, todo un pueblo se conmueve y compromete con Dios cuando escucha su Palabra proclamada por el profeta. Se trata de escuchar a Dios, orar y al mismo tiempo trabajar sin demoras para ayudar a un cambio social, venciendo todo tipo de indiferencia y alentando a nuevos espacios de contención, prevención y ayuda”, apuntó.

“Se trata de capacitarnos para generar comunidades más inclusivas e integrar socialmente a las personas y los barrios más postergados y desprotegidos”, resaltó.

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