Hay dictamen para limitar los DNU presidenciales
Con esta ofensiva, el proyecto, que recolectó 36 firmas en el plenario de Asuntos Constitucionales y Peticiones, Poderes y Reglamento, queda listo para tratarse en el recinto y queda esperar el pedido de sesión especial por parte de quienes impulsan la iniciativa.
Tiene como base el proyecto del diputado de Encuentro Federal Oscar Agost Carreño, y se tomó en cuenta elementos de proyectos de Unión por la Patria y del flamante bloque radical “sin peluca” Democracia para siempre.
Según quedó establecido en la letra de la norma, alcanzará con el rechazo de una sola cámara para que un DNU quede derogado.
De esta manera, se invierte la lógica de la ley 26.122 sancionada en 2006 a instancias de la entonces senadora Cristina Kirchner, por la cual un decreto, para ser derogado por el Congreso, tiene que ser rechazado por ambas cámaras legislativas.
En este sentido, fue clave el aporte de los diputados kirchnneristas, que después de décadas de oponerse a modificar el instituto de los DNU, porque no le convenía a los gobiernos propios, ahora sí aprovecharon la oportunidad histórica que se abrió en la coyuntura para recortar el poder de Javier Milei.
La iniciativa consensuada entre las fuerzas que firmaron el dictamen de mayoría también establece un plazo de 90 días corridos para que los decretos sean aprobados por ambas cámaras, y en caso de no cumplir con este plazo caduca su vigencia.
Por otra parte, se prevé que “cuando los decretos a los que se refiere esta ley sean dictados durante el periodo de receso parlamentario las Cámaras podrán abocarse a su expreso e inmediato tratamiento conforme al artículo 99 inciso 3 de la Constitución Nacional”.
Por último, se estipula que “rechazado un decreto, el Poder Ejecutivo no podrá dictar uno análogo en el mismo período parlamentario”.
En tanto, la iniciativa que tiene como autora a Karina Banfi aclara que “las Cámaras no pueden introducir enmiendas, agregados o supresiones al texto del Poder Ejecutivo, debiendo circunscribirse a la aceptación o rechazo de la norma mediante el voto de la mayoría absoluta de los miembros presentes”.
Al igual que el dictamen de mayoría, se prevé que “el rechazo por una de las Cámaras del Congreso del decreto de que se trate implica su derogación”.
En el epílogo de la reunión de comisiones, la diputada Mónica Litza (UP) celebró haber llegado a un dictamen de mayoría, lo cual catalogó como “un logro muy importante”.
La legisladora massista destacó que “era un desafío reformar esta ley que vino a suplir un vacío que había desde la ley del 2006”.
Sobre el proceso de construcción del dictamen, reveló que la redacción se logró a último momento en base a las coincidencias entre los distintos bloques opositores.
“Empezamos a hablar y encontrar coincidencias. Posiblemente el dictamen que presentamos hoy no sea el mejor, el perfecto”, reconoció.
“Lo que proponemos que ante el silencio de ambas cámaras, se deroga el DNU. Hasta ahora el silencio se interpretaba de forma positiva. Ahora lo interpretamos de forma negativa”, consideró.
Por último, Litza manifestó su deseo de llevar el proyecto “lo más pronto posible al recinto para que sea ley”.
A su turno, el diputado de UP Diego Giuliano ponderó la tarea de conseguir consensos”, que definió como “combustibles muy necesarios de la democracia”.