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Grave situación en la obra social de la UNLaR

La gestión anterior de la Casa de Altos Estudios dejó a OSUNLaR con facturas impagas, atraso en el pago a proveedores, superpoblación de personal y suspensión de convenios.
Cada día que pasa no deja de sorprender lo que dejó la gestión del ex rector Daniel Quiroga en su paso de tres años por la UNLaR. Una administración que no tuvo logros académicos de ningún tipo, pasó de forma intrascendente pero sí hizo mucho daño, principalmente en lo financiero e institucional con denuncias, allanamientos y cruces mediáticos.

Ejemplo de ello es la OSUNLaR, la obra social que fue modelo en La Rioja y que incluso el rector antecesor a Quiroga, hablamos de Fabián Calderón, dejó con superávit. No había riojano que no soñara contar con la misma por los grandes beneficios que brindaba a sus afiliados.

La actualidad de dicha obra social dista mucho de ello y es crítica. Se dejaron deudas según datos a los que accedió Riojavirtual de fuentes de la UNLaR por casi mil millones de pesos a proveedores, facturas impagas por ejemplo del año 2021, una superpoblación de empleados que busca ordenarse con bajas de contratos y designaciones que son consideradas irregulares, y convenios suspendidos con históricos prestadores de OSUNLaR como el Hospital Privado y el Sanatorio Allende, ambos de Córdoba.

La flamante interventora, Ana Gabriela Brizuela, logró reactivar dichos convenios con las instituciones cordobesas y ya se comenzó a aplicar una reestructuración financiera de la institución para reducir ese enorme pasivo que puso contra las cuerdas a la OSUNLaR que incluye pago escalonado de deudas que fehacientemente logren justificarse y comprobarse su prestación de servicio.

La realidad es que la administración de Natalia Álbarez Gómez dio instrucciones precisas en lo financiero entre los que se destacan también bajas de numerosos plus e ítems en cargos de todos los niveles no solo en OSUNLaR, sino en todo el ámbito de UNLaR, y control exhaustivo de los gastos.

Además el cumplimiento por parte de los empleados de la totalidad de las horas que deben desempeñar tareas a diario en OSUNLaR y UNLaR, algo que no todos hacían e incluye a docentes. Incluso se detectaron casos de personas que hace meses no cumplían las funciones para las cuales se les pagaba.

Calidad académica, equilibrio financiero e orden institucional son los tres ejes que promete tener como bandera durante toda la gestión la nueva administración de la UNLaR. Son objetivos ambiciosos que generan un desafío enorme.

Recién lleva un mes la dupla de la rectora Natalia Álbarez Gómez y su vice Luis Oviedo junto a su equipo y ya lograron mostrar una nueva cara en la universidad que implico la puesta a punto de infraestructura en pleno enero de cara al inicio de clases, entre otros objetivos, pero lo más difícil será mantenerlo en el tiempo.

Si esto se cumple los grandes beneficiados serán los propios docentes, no docentes y principalmente estudiantes, que son el alma de la UNLaR.

 

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