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Diocesis Riojana: Resaltan la función que tienen los diáconos permanentes

Se enfoca principalmente a varones casados, también a célibes que acompañan el andar de la Iglesia.

El diaconado permanente es un ministerio que se identifica con el servicio. Se enfoca principalmente a varones casados, también a célibes que acompañan el andar de la Iglesia con los sacramentos del Bautismo, del Matrimonio, la atención de los enfermos, la caridad y el acompañamiento pastoral a los sacerdotes.

En la Diócesis de La Rioja hay 13 diáconos permanentes y varios que se están preparando. Precisamente, en el marco de los 90 años, ellos también son partícipes y más teniendo en cuenta el testimonio de Ricardo Saurral de la Parroquia San Pedro de Famatina, a quien “agradecemos la siemba de todos en la construcción de nuestra Diócesis”, dijeron desde el área de comunicación de la Diócesis.

En la Diócesis de La Rioja hay 13 diáconos permanentes y varios que se están preparando.
En la Diócesis de La Rioja hay 13 diáconos permanentes y varios que se están preparando.

“Por lo aprendido en la preparación del diaconado permanente, quien inició esta siembra en la comunidad riojana luego de asumir como Obispo fue el querido Enrique Angelelli; que buscó hombres servidores de la comunidad, uno de ellos el mártir Wenceslao Pedernera quien iba a ser el primer diácono permanente. Luego de lo acontecido con nuestros cuatro mártires; la comunidad quedó golpeada y atemorizada, con el paso del tiempo el Obispo Marcelo Colombo, con vasta experiencia en el tema, reactivó esa siembra y convocó a los sacerdotes de las distintas regiones de la provincia a postular a nuevos servidores (Año 2015) a una preparación semanal. Fuimos varios que concurrimos desde nuestras parroquias cada sábado a reunirnos en la Ciudad Capital de 08:30 a 13:00 hs.- Desde el inicio el Obispo nos aclaró todo: el servicio permanente, la disponibilidad horaria, el compromiso y respeto, las dificultades y obstáculos, los logros y también las frustraciones; que si aceptábamos recorrer este camino de preparación se presentarían dificultades y Dios dispondría lo mejor para cada uno. Fue desde un principio formar servidores de la comunidad aportando desde su experiencia familiar, para acompañar a los sacerdotes en su tarea”, detalló.

“Este miisterio le aporta a la iglesia riojana más servidores a la comunidad, cada uno de los Diáconos Permanentes aportan desde su experiencia familiar y personal, una mirada más cercana y realista de cada comunidad por ser miembros de ellas; llegamos a lugares y personas que sienten presente a la iglesia en su vida cotidiana, en especial en los momentos de compartir la palabra e impartir sacramentos; tarea muy gratificante. Además le da a la Iglesia su verdadera identidad de Pueblo de Dios querido por el Vaticano II y en camino sinodal en donde estamos todos”, ahondó.

“Desde que recibí la nota de convocatoria, la cual compartí con mi familia para decidir juntos y en la que sentí su apoyo incondicional, fue asumir una responsabilidad de brindarme por completo para asimilar todo lo que pueda; superando dificultades, pero siempre confiado en Dios que me acompañaría en cada paso, pues Él me había llamado y dispondrá lo mejor. Ese llamado no llegó solo, trajo consigo a muchos hermanos que en este caminar juntos nos unió fraternalmente, compartiendo parte de nuestras vidas, viviendo momentos alegres y tristes pero siempre con la empatía y solidaridad puestas de manifiesto en cada acción”, resaltó.

“Mi esposa Cecilia junto a mis hijos Emmanuel y Natalia siempre fueron mi pilar, mi sostén, mi fuerza para salir adelante en cada momento difícil, ellos acompañaron mi formación y me ayudaron en todo, juntos decidimos aceptar este llamado y conscientes de que Dios determinaría cuan corto o largo sería el camino que estábamos dispuestos juntos a seguir, Cecilia aparte de compartir una vida juntos también colabora en este ministerio, brinda siempre su opinión, apoyo y acompañamiento constante”, acotó.

“Solo me queda agregar; que este ministerio recibido por gracia de Dios me permitió, como dije en mi ordenación, «No vengo a dar nada, solo a devolver todo lo que he recibido”, determinó.

Homilía

En el tercer dia de la Novena a San Nicolás, el obispo Dante Braida se detuvo en reflexionar sobre la Iglesia Catedral. Se inauguró en el año 1912. Hoy damos gracias por todos los que realizaron esta obra a inicios de pasado siglo, luego de que el terremoto de 1894 destruyera la antigua iglesia Matriz. Luego este templo fue declarado Santuario y posteriormente Basílica Menor, y, en el año 1948 fue inaugurado y bendecido el camarín de San Nicolás.

“En este templo, tan significativo para el pueblo riojano, venimos a cultivar nuestra amistad con Dios y a encontrarnos como su pueblo. Venimos a escuchar su Palabra que alimenta nuestra fe, para crecer juntos y madurar nuestra vida cristiana y como pueblo de Dios.

El evangelio que hoy escuchamos, justamente nos expresa la valoración de Jesús a la fe de una mujer que se acerca para tocarlo confiando que sería sanada y la fe de un padre que pide por la curación de su hija”, informó.

“En primer lugar esa mujer que se acerca a Jesús por detrás era alguien que venía sufriendo desde hace muchos años. Por su enfermedad era considerada impura y tenía que vivir aislada para no ‘contaminar’ a otros. Por tanto no solo su cuerpo estaba afectado por las hemorragias sino que su mundo afectivo y sus vínculos con los demás estaba dañado. No pude siquiera tener un proyecto de vida, de familia, de comunidad. Además intentó muchos caminos, gastando todos sus bienes, para sanarse y cada vez estaba peor. Estaba en una situación límite. Por tanto se acerca a Jesús como la última oportunidad y lo hace con confianza de tal modo que cree que con solo tocarlo podrá ser sanada. Y así sucede. El mismo Jesús al escucharla atentamente y comprenderla la anima diciendo: “Hija, tu fe te ha salvado, vete en paz, y queda sana de tu enfermedad”. Seguramente en nuestras vidas pasamos situaciones difíciles, experiencias límites, o momentos en que no sabemos qué hacer ante una dificultad. A veces recurrimos a opciones que prometen una solución rápida pero no conseguimos nada”, remarcó.

“Por eso, un punto de partida certero es volver a Jesús, acudir a Él en un vínculo estrecho de intimidad y cercanía. Nuestra fe tiene que hacerse diálogo con él, abandono en él, vínculo afectivo permitiendo que Él reciba nuestras heridas y nuestros límites. Cuando con fe nos acercamos a él, pronto podemos experimentar que no estamos solos y que podemos descansar en él y comenzar a ver la realidad de otra manera y encontrar su sentido más profundo. Aunque muchas veces las cosas no se resuelvan como a nosotros nos parece, sí, en Él, le encontraremos su verdadero sentido”, subrayó.

“Ocuparse de la mujer hizo que Jesús se demorara en el camino y aparentemente llegara tarde a casa del Jairo, el jefe de la sinagoga. Tal es el caso que le avisan que la niña ya ha fallecido. Sin embargo Jesús dice a Jairo ‘no temas, basta que creas’. Él, que había visto lo sucedido con la fe de la mujer sanada, tenía motivos para creer y confiar aunque muchos se burlaban de la situación.

Por la fe de este padre, Jesús entra a su casa y a la habitación de su hija. Lo hace en compañía de tres discípulos. Y donde todos veían muerte Jesús ve vida y, tomando de la mano a la niña la devuelve sana a su familia. También tiene el gesto tierno de decirle que le den de comer. Jesús obra con poder y con ternura a la vez. La fe de un padre ayuda a su hija”, sintetizó.

“Nuestra fe en Dios no es para un vínculo intimista e individualista. La fe implica un trato personal con Dios que, al mismo tiempo, nos compromete con los demás. En esta situación vemos la fe de tantos padres que velan por sus hijos en todas las etapas de la vida, que se desvelan por ellos y acompañan su crecimiento. Vemos especialmente a personas que padecen por las dificultades en que pueden encontrarse sus seres queridos y se comprometen a acompañar con la oración y la cercanía y la ayuda concreta”, reflexionó

“Tenemos presente aquí a tantas madres y padres que sufren por sus hijos que están atrapados en algún tipo de consumo de drogas, o los que acompañan a sus hijos que no encuentran el sentido de sus propias vidas. Padres con hijos enfermos, con enfermedades largas y complejas. O Padres cuyos hijos han emigrado por necesidad y no pueden acompañarlos de cerca. Pedimos especialmente por ellos y por sus necesidades. Nuestra fe es una fe samaritana, que confía en un Dios que se hizo carne, que se puso y se pone en nuestro lugar acompañándonos en toda situación y, a la vez, nos invita a hacer lo mismo: ponernos en el lugar de los demás, acercarnos, escuchar, comprender y buscar, junto a ellos, caminos de salida”, instó a la feligresía.

“La fe crece con la oración diaria y con la acción concreta que expresa el amor y la misericordia de Dios. Celebramos la dedicación de este templo Catedral. Este templo es el lugar de la cátedra del Obispo, donde imparte sus enseñanzas al pueblo, pero es también expresión del mismo Pueblo de Dios. Por eso lo llamamos “Iglesia” porque es la casa que nos reúne como pueblo convocado por Dios”, apuntó.

“Este Templo que es también un Santuario donde muchas personas acudimos para encontrarnos con Dios y con su misericordia. Venimos a agradecer y muchas veces elevar una súplica en nuestras necesidades. Al llegar aquí, con toda fe y con toda confianza nos nace una oración invocando la intercesión de San Nicolás, o al Virgen o el beato mons. Angelelli.En este lugar venimos a hacer experiencia de la Misericordia del Señor confiando que, como esa mujer y ese padre del evangelio, nuestra fe será tenida en cuenta por Él. A su vez, la Iglesia, particularmente los que tenemos alguna responsabilidad en ella, o estamos en algún grupo o servicio, tenemos que ser especialmente expresión de la misericordia de Dios. Nuestras miradas, gestos y acciones tienen que disponerse a recibir y acoger con la ternura de Jesús a quienes llegan a este lugar”, exhortó.

 

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