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Braida asiste al Sínodo de la Sinodalidad en el Vaticano

El propósito es “ofrecer una oportunidad para que todo el Pueblo de Dios discierna conjuntamente cómo avanzar en el camino para ser una Iglesia más sinodal a largo plazo”, indicaron.

El Obispo de La Rioja, Dante Braida asiste al segundo encuentro del Sínodo de la Sinodalidad, que comenzó este miércoles y terminará el domingo 27 de octubre con la Misa final, que será presidida por el Papa Francisco.

El propósito del actual Proceso Sinodal es “ofrecer una oportunidad para que todo el Pueblo de Dios discierna conjuntamente cómo avanzar en el camino para ser una Iglesia más sinodal a largo plazo”, dice el texto de los organizadores y agrega: “Una pregunta fundamental nos impulsará y guiará: ¿Cómo permite este caminar juntos que la Iglesia anuncie el Evangelio de acuerdo con la misión que se le ha confiado; y qué pasos nos invita a dar el Espíritu para crecer como Iglesia sinodal?”

El sínodo fue una constante en la Iglesia Católica, como se refleja en el libro de los Hechos de los Apóstoles,
El sínodo fue una constante en la Iglesia Católica, como se refleja en el libro de los Hechos de los Apóstoles,

Cada uno de los 368 miembros de la Asamblea Sinodal recibió de regalo una mochila. El Padre Dante Braida, Obispo de La Rioja y Padre Sinodal contó lo que contenía y lo que él le agregó . Además recibieron un regalo especial al llegar al Aula Pablo VI. La Mochila es de color azul y tiene el logo y el lema del Jubileo 2025 “Peregrinos de Esperanza” y traía dentro: El Instrumentum Laboris o Documento de Trabajo del Sínodo; Una cantimplora también con el logo y lema del Jubileo; El Reglamento de la Asamblea que contiene la metodología y diversos documentos para guiar su desarrollo; El calendario y el horario de cada día de la Asamblea; La Credencial que debe tener siempre puesta y lo identifica como miembro del Sínodo. Se complementa con una «Mochila Digital». Es una Tablet que contiene todos los documentos que trabajan día a día, el libro de oración y las ponencias de los grupos de trabajo y de los que guían el Sínodo.

El Padre Dante le agregó: Su infaltable lapicera BIC azul; Su Notebook y los auriculares para las traducciones en simultáneo; Su Biblia; Su Agenda en donde tiene anotaciones que durante el año ha realizado con reflexiones sobre el SínodoUna estampa del Beato Mártir Enrique Angelelli, obispo de La Rioja y Padre Conciliar; El necesario mate y el termo con adhesivos de la Diócesis de La Rioja. Y en su bolsillo lleva el rosario que le obsequió a cada uno de los sinodales el padre Timothy Radcliffe, predicador del retiro previo a la Asamblea. En ese encuentro les recomendó rezar diariamente el rosario.

Francisco llamó a no condenar, sino imitar a Dios, que acoge a todos, siempre, y a todos ofrece nuevas posibilidades de vida
Francisco llamó a no condenar, sino imitar a Dios, que acoge a todos, siempre, y a todos ofrece nuevas posibilidades de vida

“Sabemos también que, aunque no está en la mochila, lleva lo que vive a diario como pastor ya que junto con la enseñanza de Monseñor Angelelli, lo considera como el mensaje que tiene que compartir en el sínodo”, destacaron desde la Diócesis de La Rioja.

Cabe resatar que desde el año 2021, la Iglesia Católica está en un proceso llamado el Sínodo de la Sinodalidad impulsado por el Papa Francisco. Sínodo es una palabra que viene del griego syn, que significa juntos y hodos, en español, camino. La sinodalidad es el fruto del amor divino del Espíritu Santo que nos ilumina y permite hacer entre todos el camino del Señor. Por eso con el Poeta podemos decir que “en la calle, codo a codo, somos mucho más que dos.”

El sínodo fue una constante en la Iglesia Católica, como se refleja en el libro de los Hechos de los Apóstoles que relata los primeros tiempos del cristianismo (siglos I o II) y cuenta que entonces “los apóstoles y presbíteros se reunieron” para discutir si era preciso o no circuncidar a los nuevos bautizados que no provenían del pueblo judío, es decir a los paganos… hicieron lo que hoy denominaríamos una Asamblea y decidieron que no (Hechos 15). Cuestión cuya lectura debe interpretarse teniendo en consideración la distinción que hace San Pablo entre la circuncisión de la carne y la espiritual.

Claro que más adelante se institucionalizó como “una asamblea de obispos que representa al episcopado católico y tiene como tarea ayudar al Papa en el gobierno de la Iglesia universal dándole su consejo”. Hay diversas clases de sínodos y sus decisiones son muy importantes en el campo dogmático, canónico, litúrgico, moral o disciplinario, cobrando mayor relevancia lo doctrinal y dogmático. Cuando se trata de la formulación de la fe en Dios, el catolicismo ha mantenido la estructura trinitaria de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. Donde se debaten temas relativos al Misterio Central de la Fe que es el misterio de la Santísima Trinidad se denominan concilios trinitarios como los de Nicea (325), Constantinopla (381), Constantinopla II (553), Concilios de Toledo (400, 447, 589, 633, 638, 675 y 693), los Concilios Medievales, el Concilio de Florencia (1439-1442), Vaticano I (1870), Vaticano II (1962-1965) y otros como Letrán, Soissons, Reims, Letrán IV, Lyon II.

El Sínodo de Obispos fue configurado como una asamblea de prelados bajo la autoridad del Pontífice, que es quien lo convoca. En esta reunión se discuten cuestiones que afectan a la Iglesia Católica. Los participantes debaten y presentan sus reflexiones y consejos al Santo Padre. No tienen carácter vinculante, es decir, que no son obligatorias. El Santo Padre los valora y decide.

Hay dos tipos de Asambleas, la Asamblea General cuando se refieren a toda la Iglesia y la Asamblea Especial, si se trata de cuestiones relativas a un país o una región.

A su vez, las Asambleas Generales pueden ser ordinarias o extraordinarias, en función de la necesidad de resolver con cierta rapidez o fuera de la periodicidad programada los asuntos a debatir. El Sinodo de la Sinodalidad es una Asamblea General ordinaria que se convocó en 2021, la primera sesión se llevó a cabo en el mes de octubre de 2023 y la segunda sesión se llevará a cabo del 2 al 27 del mes próximo, culminando en 2025.

Según se detalla en la constitución apostólica Episcopalis communio del Papa Francisco, cada Sínodo se realiza en tres fases, una preparatoria que se desarrolla en las Iglesias particulares, las diferentes organizaciones de vida consagrada, las asociaciones de fieles y los dicasterios, que envían sus aportaciones a la Secretaría General. También lo pueden hacer los fieles “singularmente o asociados”, de forma directa, la fase celebrativa, tienen lugar las reuniones plenarias (llamadas Congregaciones Generales) y otro tipo de reuniones menores por grupos, comisiones de estudio.

El documento final primero es “sometido a la aprobación de los Miembros según la norma del derecho peculiar, buscando en la medida de lo posible la unanimidad moral” y luego es entregado al Santo Padre quien decidirá sobre su publicación: “Si es aprobado expresamente por el Romano Pontífice, el Documento final participa del Magisterio ordinario del Sucesor de Pedro”. Si el Papa declara el Sínodo como deliberativo, se incorporará al Magisterio una vez que sea ratificado y promulgado con su firma y la de los miembros del Sínodo.

El 17 de octubre de 2015, el Papa Francisco pronunció un discurso con motivo del 50 aniversario de la institución del Sínodo que, a su juicio, “constituye una de las herencias más preciosas del Concilio Vaticano II”.

Después de invocar al Espíritu y escuchar las palabras del presidente delegado de este primer día, el cardenal Carlos Aguiar, el Papa Francisco ha dicho que la Asamblea Sinodal, “deberá ofrecer su contribución para que se conforme una Iglesia verdaderamente sinodal en misión, que sepa salir de sí misma y habitar las periferias geográficas y existenciales cuidando que se establezcan lazos con todos en Cristo nuestro Hermano y Señor”.

Una fuerte demanda, en la que Francisco, una vez más ha expresado algunos de los principios que marcan su pontificado. Alguien que fundamenta su magisterio en una Iglesia Pueblo de Dios, no podía dejar de recordar la necesidad de dejar “obrar al Espíritu Santo a partir del Bautismo, que nos genera a todos en igual dignidad”, insistiendo en que “el Espíritu Santo nos acompaña siempre”, como “consuelo en la tristeza y en el llanto, sobre todo, cuando —precisamente por el amor que nutrimos por la humanidad— frente a lo que no va bien, a las injusticias que prevalecen, a la obstinación con la que nos oponemos a responder con el bien frente al mal, a la dificultad de perdonar, a la falta de valentía para buscar la paz, caemos en el desánimo, nos parece que no haya nada que hacer y nos entregamos a la desesperación”.

Eso sin olvidar que “el Espíritu Santo enjuga las lágrimas y consuela porque comunica la esperanza de Dios. Dios no se cansa, porque su amor no se cansa”. Francisco llamó a no condenar, sino imitar a Dios, que acoge a todos, siempre, y a todos ofrece nuevas posibilidades de vida, hasta el último momento”. Ese es el motivo por el que “nosotros debemos perdonar a todos siempre, conscientes que la disposición a perdonar nace de la experiencia de haber sido perdonados”.

Una experiencia de perdón vivida en la Vigilia Penitencial del final del retiro previo a la asamblea, ante lo que preguntó: “¿Nos ha ayudado a ser más humildes?”. La razón de eso está en que “la humildad nos permite mirar al mundo reconociendo que no somos mejores que los demás”. Una humildad que es “solidaria y compasiva, de quien se siente hermano y hermana de todos, padeciendo el mismo dolor, y reconociendo en las heridas y en las llagas de cada uno, las heridas y las llagas de nuestro Señor”.

Francisco destacó que, desde Pentecostés, “estamos en camino, como ‘misericordiados’, hacia el pleno y definitivo cumplimiento del designio de amor del Padre”, destacando que el camino se recorre juntos, convencidos de la esencia relacional de la Iglesia, desde la gratuidad de la misericordia de Dios y, por esto, confiables y corresponsables.

El Sínodo de los Obispos lo ve Francisco como “un sujeto plural y sinfónico capaz de sostener el camino y la misión de la Iglesia católica, ayudando de modo eficaz al Obispo de Roma en su servicio a la comunión de todas las Iglesias y de toda la Iglesia”.

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