Social

Ahora no lo entiendes: Atravesando el proceso con fe

Seguramente, al enfrentar algún tipo de dificultad, hemos escuchado la frase «hay que atravesar el proceso», pero ¿qué significa realmente? La palabra proceso proviene del latín processus, que significa: ‘avance, marcha y desarrollo’. La Real Academia Española (RAE) lo define como: ‘acción de ir adelante’.

¿Cómo atravesamos los procesos en Cristo? Podríamos esbozar algunas respuestas:

  • Manteniéndonos avanzando desde una posición de fe. La fe es creer que algo va a suceder, aunque hoy nuestros ojos no vean absolutamente nada (Hebreos 11:1-3).
  • Persistiendo. Solo Dios conoce el tiempo en que la respuesta llegará (Eclesiastés 3:1-49). Nuestro Padre no siempre nos revelará todo lo que sucederá, pero nos pide que confiemos plenamente en Él y que no abandonemos la fe. No nos rindamos antes de tiempo.
  • Viéndolo como una oportunidad de transformación. Sin duda, los procesos no son fáciles, pero podemos tomarlo como una oportunidad para pulir nuestra vida, para acercarnos más a Dios y conocer cuál es la provisión disponible para ese tiempo (Hebreos 4:16).
  • Cuidando el enfoque¿En qué estamos pensando? Para enfocarnos en los problemas no hay que hacer demasiado esfuerzo. Pero para cuidar lo que pensamos sí debemos aprender a poner «guardia» sobre lo que hay en nuestra mente, por eso tenemos que eliminar toda clase de distracción y comenzar a llenar nuestra mente con los principios divinos. Llenarnos de La Palabra de Dios. Nada es tan reconfortante como comprender que Dios está con nosotros en medio de la adversidad (Isaías 43:2).

¿Qué necesitamos para atravesar los procesos? Necesitamos fe. Llegará el momento cuando lo que fue oculto por tanto tiempo será revelado.

—Ahora no entiendes lo que estoy haciendo —respondió Jesús—, pero lo entenderás más tarde. (Juan 13:7, NVI).

Dios en medio del proceso:
Nos brinda sabiduría para el camino.
Nos ayuda a producir cambios que nos permitan avanzar a otros niveles de fe.
Nos guía a tomar decisiones que nos lleven a nuevos hábitos.
Nos enseña a perseverar en hasta el cumplimiento de Sus promesas.
Nos enseña a vivir por fe.

Nunca debemos dejar de avanzar. Vivir por fe nos da una dependencia total de Dios. Tenemos que entender que, aunque pensemos lo contrario, no necesitamos saberlo todo. La ansiedad por el futuro puede robarnos las bendiciones destinadas para el hoy.  Entreguemos el control, confiemos, aprendamos a vivir por encima de los que vemos o sentimos, totalmente dependientes de Dios. Nuestro Padre celestial no está ajeno a lo que nos sucede, la respuesta viene, no dejemos de confiar, nunca dejemos de creer, ¡nunca perdamos la fe!

Por Ruth Castro

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba