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A 101 años del nacimiento de René Favaloro, el médico que un día soñó con una medicina sin estratos sociales

De ese nene de 4 años que quería curar a la gente, al gran prócer del siglo XX en el que se convirtió. Cómo es El Circuito Favaloro en Bus, que recorre la vida y obra del doctor que cambió la medicina mundial.

El médico que pasó de un pueblo olvidado en La Pampa a ser el creador de un protocolo que le salvó la vida a miles de personas y que 57 años después sigue haciéndolo. Hoy se cumplen 101 años del nacimiento del doctor René Favaloro, el prócer argentino del siglo XX.

El 12 de julio de 1923 en la ciudad de La Plata llegaba al mundo el doctor que iba a ser no solo un emblema nacional por su trabajo, sino también por su divulgación. A Favaloro se lo conoció por su aporte a la medicina y porque él mismo se encargó de darlo a conocer.Cuando apenas tenía cuatro años, ya soñaba con curar personas mientras le llevaba el maletín a su tío, el hasta entonces único médico de la familia.

Desde ahí en adelante, toda su formación, marcada por su fuerte concepción humanista y su postura política, lo hizo avanzar en una carrera que siempre lo tuvo un paso más adelante. “Él quería flexibilizar ese algo para que todos accedieran”, dijo Pablo Morosi, periodista y autor del libro, Favaloro, el gran operador, en diálogo con TEl libro recupera el tramo de vida de Favaloro, desde los orígenes en Italia, sus antepasados que vinieron a la Argentina como inmigrantes, las condiciones en las que estuvieron y vivieron en La Plata y todo su legado. “Lo que yo vi que ocurrió que después de que él se suicidó es que hay un silencio alrededor de la imagen de Favaloro y en cada anversario vuelve el tema de por qué se mató, preguntas que nos seguimos haciendo como si necesitaramos una respuesta, pero no había un repaso integral”, explicó el periodista.

 

Pero lo que destaca el autor, es que durante su vida, Favaloro se dedicó a contar todo este trayecto. “De su paso por La Pampa, después su salto a Estados Unidos y el repaso por su formación. Este útimo es el libro quizas más politico de Favaloro y habla de la educación para el progreso social. Compara con otros países y su propuesta: pide que se le diera mas relevancia a la educación”, precisó.

Favaloro detrás del médico

“Favaloro era una persona que yo resumiría en una sola palabra: un visionario. Se fue a La Pampa porque había un médico que estaba enfermo y tenían que llevarlo a Buenos Aires. Ahí le pidieron si podía ir a cubrirlo a Jacinto Arauz. Cuando llega, antes de irse, este médico le dice que tenía que hacer recorridas, pero que le iba a gustar, aunque le advirtió que había lugar para un solo médico. Él se puso a pensar en eso, el hombre volvió a los tres meses y murió así que en ese momento Favaloro se preguntó si debía quedarse o no. Cuando decidió quedarse intentó cambiar la concepción de la gente respecto de la salud pública. Les decía que si lograban tratar de instalar un lugar con buenas condiciones, ellos iban a estar mejor cuidados, pero tuvo que trabajar, iba a ver a los evangelistas, a la Iglesia Católica, a los sindicatos”, explicó Morosi.

Fue entonces cuando decidió poner una clínica privada allí, pese a que todos le decían que se iba a fundir. “Y no solo no pasó, sino que bajó la mortalidad infantil, logró muchas cosas a nivel medicinal, y se hizo millonario”, remarcó el periodista. “Empezó a invitar a tipos que vivían en Santa Rosa, ya no eran solo del pueblo, sino del circuito alrededor, iban micros de pueblitos chiqutios alrededor”, agregó.

 

Con el tiempo, Favaloro siguió su vida entre La Pampa y Buenos Aires, y fue entonces cuando empezó su curiosidad por la cirugía cardiovascular. “Vio que eso se venía y empezó a averiguar donde podía aprender. En ese momento la cirugía del corazón era casi ciencia ficción. Cuando empezó a averiguar se estaban haciendo las primeras pruebas en Estados Unidos y Rusia, era un tipo que leía mucho de estadística, le gustaba entender en torno a un contexto más grande. Las coronarias eran la principal causa de muerte de las personas, por lo que pensaba que si la mayoría tenía afecciones coronarias, la operación tenía que funcionar”, señaló.

“Eso lo decidió a irse a Estados Unidos, por indicación de su maestro de La Plata, y cuando volvió a la Argentina ya vino con la idea de poner su fundación que no era solamente una clínica en Buenos Aires, sino un centro de formación de referencia en América Latina en el tema y con este concepto: si las afecciones coronarias son las que matan a la mayor cantidad de personas y el tratamiento solo se puede hacer con medicina de alta calidad, a la que pueden acceder solo quienes pueden pagar, pero la mayoría de la población era pobre, estos últimos quedaban fuera del sistema. Entonces él tenía esta idea de que el sistema de salud tenía que cambiar para permitir esto, pero fue una de las batallas que perdió”, explicó Morosi.

La idea del doctor era humanista: tengas o no trabajo, estés en el lugar que sea en la escala social, que todos puedan asistir al mismo médico.

 

El bypass coronario

El 9 de mayo de 1967, en Cleveland, Estados Unidos, una mujer fue operada por el gran cardiólogo quien aplicó por primera vez una técnica que revolucionó la cirugía cardiovascular: el bypass aortocoronario, hoy considerado uno de los “400 inventos más importantes de la historia de la humanidad”.

 

“Crea un protocolo. Hasta ese momento el bypass se usaba en casos de emergencia, se lo hacía de última instancia y en el 80% de los casos salía mal. Lo que Favaloro propuso fue llevar adelante este procedimiento, pero operar de manera programada, conociendo al paciente y siguiendo el protocolo que creó. Haciendo eso la estadística se dio vuelta y después el 80% era el que se salvaba”, destacó el periodista.

Así, Favaloro hizo 13 mil operaciones de bypass, al punto de que cuando era más joven se la pasaba el día entero haciéndolo. Desde el barrendero hasta grandes jeques, políticos y empresarios. Lo buscaban de todos lados.

 

Ya codeandose con los médicos que en ese momento estaban a la vanguardia, decide retornar a la Argentina para llevar adelante su abicioso proyecto: la fundación. “El país tenía una estructura de salud ya establecida, un sistema de obras sociales sindicales, prepagas, había intereses difíciles de desarmar para llevar adelante esto. Él pensaba esto: vos vas a un médico y lo primero que te preguntan es cómo vas a pagar, pero lo primero que tiene que hacer un médico es preguntarte qué problema tenés, después vemos como pagas”.

Esa lógica, cuando él arma la fundación, no funcionó porque la economía del país no funcionaba. “Su prestigio hacía que todo el mundo quiera estar cerca de Favaloro y consiguió mucho del Estado, de los distintos gobiernos, porque todos querían absorver algo de Favaloro. Él creía que eso era ilimitado y lo sobrevaloró”, insistió el autor. Es por eso que insiste que en realidad los problemas económicos no empezaron en el 2000, sino cuando se inició la fundación. “Todos los gobiernos le dieron plata, pero con De la Rúa estaba quebrado el Estado. Esto de vení que te opero y después vemos era lo que complicaba la administración de la fundación”, precisó.

“La fundación en términos administrativos era un desastre total, él armo eso con muchos amigos de La Plata, de confianza, cuando él se mata se le da una ayuda del Estado porque estaba en una situación de crisis terminal y la fundación también se transforma en un lugar de salud muy parecido a lo privado de hoy. Ahí fracasó rotundamente ese esquima que él planteaba, no solo no daba la ecuación, sino que para que subsistiera debió cambiarse”, señaló Morosi.

El disparo al corazón

Para el autor de Favaloro, el gran operador, la muerte del médico dejó un gran mensaje. “Coincide la fecha de su nacimiento con la de su muerte: nace el 12 de julio de 1923 y se mata el 29 de julio del 2000, entonces siempre es julio, el mes de Favaloro, pero siempre que hablamos de su vida, su muerte funciona como un espejo de los argentinos. No nos gusta mirarnos, en esas cartas que deja porque muestra un poco a la sociedad, no solo en el ámbito de la medicina, sino una sociedad corroída, que él veía que existía, que si uno ve los videos de él hablando sobre politica, que le encantaba, tenía una inclinación hacóa la comunicación muy fuerte. Es un mensaje porque es esto, nos remite mucho a cómo somos y a esa parte de nuestra esencia que no está buena, es como un dedito levantado que nos pesa”.

“Favaloro tuvo mucho activismo estudiantil, fue delegado en el colegio secundario, delegado en el centro de estudiante de medicina por el lado del reformismo. Venía de una familia por el lado socialista, pero él siempre tenía esa cosa de lo social, del compromiso, de su regreso al país en el 71. Él mismo la vivió y compartió como esa cosa medio patriota, de devolverle lo que la Argentina le había dado en cuanto a su formación, devolverle a la sociedad, a sus compatriotas. En la historia argentina hay poquitos casos, por eso muchas veces se habla de un prócer. Fue el gran operador porque que hizo 13 mil operaciones, pero también era operador porque sabía que para hacer lo que tenía que hacer tenía que ayudarse con el Estado y ahí ya no estaban los pruritos que tuvo cuando era joven”.

 

 

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