Sin embargo, no fue el mismo escenario con Ariel García Furfaro, dueño de ambos laboratorios. Cuando los efectivos de Gendarmería arribaron hasta su domicilio, en el lujoso country San Diego, en Moreno, no lo hallaron.
Durante más de dos horas la incertidumbre fue total. No se sabía donde estaba el dueño de los laboratorios. Se suponía que en algún momento se iba a entregar, pero tampoco había información de cómo se iba a efectuar.
Sin embargo, antes de las 23.00 se entregó, junto con su abogado, en la alcaidía de Ezeiza. Allí se cree que pasó la noche y se espera que hoy, junto con los otros detenidos, presten declaración indagatoria.
“Nos encontramos frente a un caso de criminalidad compleja que involucra a un número elevado de víctimas y un conglomerado empresarial organizado”, señaló la fiscal María Laura Roteta en el dictamen de pedido de detención, al tiempo que advirtió que la real dimensión del brote aún no está plenamente determinada.