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Huesos hallados en la casa de Gustavo Cerati: qué reveló la autopsia

La casa donde vivió el músico quedó envuelta en una trama policial a partir de un crimen que todavía no está resuelto. A quién corresponde el ADN encontrado.

El hallazgo de los huesos humanos en una casa en Coghlan donde vivió Gustavo Cerati, en los años 2003, esa casa pertenecía a María Olmi, la hermana del actor Boy Olmi. El pasado 20 de mayo pasado cuando removían la vivienda anterior para una nueva construcción en la medianera con la casona vecina encontraron los restos óseos y llamaron a la policía.

Se abrió una causa que investiga el fiscal Martín López Perrando, y que despojó la hipótesis de una muerta durante la dictadura ya que las pericias determinaron que se trata de un cuerpo de un hombre de entre 20 y 22 años, que data de 1990 hacia adelante.

En el programa Argenzuela, en C5N, con la conducción de Jorge Rial, el periodista Paulo Kablan detalló que hay nueva información que surge de la autopsia y que le da un giro al caso.

El misterio se empieza a develar cuando Olmi contó que compró la casa a una señora llamada Olga, de apellido alemán, y quien le dijo que antes había habido ahí un geriátrico y antes un Convento de Santa María. «La Iglesia continúa en el barrio, a la vuelta, pero ahí se construyó una casa», según reveló el periodista de policiales.

Según el primer informe forense había 150 piezas, al lado un reloj marca Casio con calculadora, que se fabricó en Japón en 1980 y que llegó a Argentina recién en los años 90. «Se halló un resto de un calzado, un posible resto de un corbatín, restos de una llave de doble paleta, con un llavero naranja, típico de cuando se hace una copia de una llave», relató Kablan.

El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), que se hizo conocido por reconocer a las víctimas de la Dictadura, fue convocado para este peritaje, el resultado fue entregado al fiscal este lunes pasado. De allí surge que el joven tenía entre 14 y 19 años, que calzaba 41, de 1,77 metros, cuyos brazos estaban trabajados como los de un deportista o algún trabajador de fuerza.

«Los restos no aparecieron en la casa de Cerati, sino en la casa vecina. La divisoria de terrenos era hasta hace unos años de ligustrina», aclaró Kablan y agregó: «Al lado, hay otra señora muy mayor, cuyos hijos no viven ya en ese lugar, hace 40 años, y quedan excluidos de la causa».

Los datos de la autopsia
La autopsia detalló que hay una lesión a la altura de la cuarta costilla del lado derecho compatible con una puñalada. Tiene lesiones posteriores en la rodilla y en los codos, compatibles con un «intento de descuartizamiento incompleto», que habría sido hecho «con un serrucho o algo parecido» contra el adolescente.

En el caso de la fosa, tenía 60, 1,20 y 40 centímetros, es decir, demasiado playo para una persona de 1,77, lo que apunta a un apresuramiento por enterrar a ese cuerpo. Además, lo que se pensaba que era un dije terminó siendo una moneda de 5 yanes.

El fiscal Perrando pidió un ADN sobre los restos para saber si la víctima fue una persona oriental. Y todavía tampoco encuentran un pedido de paradero. Hay un perito que está haciendo un trabajo histórico en los registros de propiedad para saber quién vivió en ese lugar.

El crimen ya prescribió pero la responsabilidad de la fiscalía es encontrar a la familia de esa persona que en algún momento buscó a ese joven que «lo mataron y lo enterraron en ese lugar», según el especialista en casos policiales, y que todavía no se sabe su nombre y apellido.

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